Zackery Aders salió de su casa en la localidad de Gore con su guitarra, pensando en trasladarse hasta otra ciudad llamada Checotah, las que tienen 41 kilómetros de distancia entre ellas. El caso es que en un momento de su trayecto, tuvo que atravesar un pequeño lago helado que cedió y se cayó, mojándose enterito el pobre. ¿Qué hizo? Para evitar congelarse, se quitó la ropa para no ir con ella mojada pero claro, seguía teniendo frío. Así que decidió meterse dentro de la funda de su guitarra para refugiarse. El caso es que Zackery, según el diario británico Metro, fue afortunadamente encontrado por unos granjeros que le descubrieron en paños menores y ya inconsciente de la hipotermia que tenía. «Ni hablaba», contó el sheriff de turno.
Pues menos mal para este loquillo, porque seguramente si los granjeros no hubieran pasado, no estaríamos hablando de un final feliz.
