12 Dic, 2018. 16:20 hrs

¿Por qué? Animalistas afirman que las feministas no deberían comer huevo

La Organización de Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA), la semana pasada impulsó una campaña que busca generar cambios en los dichos


La Organización de Personas por el Trato Ético de los Animales hizo una peculiar relación.

La Organización de Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA), la semana pasada impulsó una campaña que busca generar cambios en los dichos populares que se asocien al abuso de los animales. «Coger el toro por las astas», «matar dos pájaros de un tiro» o «ser conejillo de indias», son algunas de las frases que esta entidad animalista busca reemplazar por un lenguaje más amigable.

Esta semana, PETA sorprendió con una nueva reflexión. A través de un extenso artículo en su blog, escrito por Michelle Kretzer, se plantea que ninguna mujer que se declare feminista debería comer huevo o, dicho de otra forma, que una verdadera feminista sí o sí tendría que ser vegana.

De acuerdo al argumento expresado, porque así como luchan por sus derechos reproductivos, también deberían respetar el derecho de las hembras de otra especie. Un poco extremo la verdad.

«El huevo humano es diminuto, imposible de detectar a simple vista – y aún así – es una fuerza poderosa, que da vida y que aún divide a naciones. Un pequeño óvulo, que tiene tanto poder que es capaz de dividir a la gente. La batalla por el control de la fertilidad de la mujer y sus derechos reproductivo sigue, y las feministas se están alzando en contra del abuso y la explotación. Entonces qué significa cuando las mujeres le quitan a otra mujer sus huevos sin dudarlo, pagando dinero por ellos, sabiendo que fue encerrada, que su ciclo reproductivo fue controlado y manipulado, y que fue obligada a dar a luz siendo joven para cumplir con los horarios de otros. ¿Nos podemos llamar feministas realmente si comemos huevo?», plantea la autora del artículo.

Según la activista de PETA, las mujeres deberían ser las primeras en empatizar con el sufrimiento que viven las hembras en la industria avícola.

«Las gallinas se han convertido en máquinas de producir huevos, cuando antes encarnaban la esencia de la maternidad. (…) Si se les trata bien, la esperanza de vida de una gallina es como de 10 años. En una granja su cuerpo se rendirá en apenas 2 años, si es que llega. Cuando ya no sea posible extraer huevos, se le envía al matadero», cerró.

Fotos: Shutterstock.

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