Gray conoció a un hombre en un sitio web de gente buscando pareja y estuvieron hablando durante varios días antes de que acordaran juntarse. Sin embargo, aunque durante el romance cibernético el hombre parecía de todo su gusto, tras la primera cita «real», ella se dio cuenta de que no era su tipo y como no le interesaba volver a verlo, le lanzó algunas indirectas, además se ser cortante y poco comunicativa.
Pero resultó que el joven en cuestión, anduvo cachando nada… y siguió insistiendo. Viéndose en esta situación, a la fémina no se le ocurrió otra cosa mejor que fingir su muerte, así de extrema, todo para evitar la segunda cita.
Acto seguido, Ann se hizo pasar por su hermana para comunicarle al chico que ella había muerto de repente: «Hola. Soy la hermana de Ann. Lo siento de verdad, pero tengo que decirte que hemos traído a Ann al hospital la noche anterior porque se encuentra realmente enferma, No sabemos cuánto va a durar. Cuando esté mejor te escribirá». Al recibir este mensaje, quiso visitarla, por lo que Ann le respondió diciendo: «Siento mucho decirte esto. Ann ha muerto»… y extrañamente, Ann nunca recibió alguna respuesta.
El final de esta historia, nos recuerda el clásico refrán que dice que se pilla primero a un mentiroso que a un ladrón y todo porque el hombre descubrió la mentira poco tiempo después, cuando ambos volvieron a encontrarse en otra web de citas. Así no más.
