Una pareja china jamás pensó que su visita a una concesionaria automotriz de lujo sería tan costosa. Y no precisamente por comprar uno de los modelitos del lugar, sino por la acción de su hijo de solo 3 años.
Es que en la vista, que hicieron para acompañar a un amigo, el peque tomó una piedra y rayó la pintura de 10 de los automóviles que había en la concesionaria, incluido un Audi Q8 valorado en más de 27.000 dólares.
Producto de esto el concesionario demandó al papá, por una suma inicial de 28.000 dólares, asegurando que la cifra era una estimación y podría aumentar en función de una evaluación adicional del daño causado.
El negocio argumentó que los automóviles no podían venderse como nuevos una vez rayados. De lo contrario, podrían ser demandados por publicidad falsa e incurrir, incluso, en un delito. Por lo tanto, los lujosos vehículos ya solo podían venderse como usados y con rebajas significativas, recoge 20 Minutos.
El tribunal informó en un comunicado que el padre había rechazado la demanda inicial, pero al final llegó a un acuerdo para pagar 10.000 dólares por los daños.