28 Jul, 2022. 17:25 hrs

Increíble: Científicos desarrollan «arañas robot zombis»

Un experimento realizado por expertos de la Universidad de Rice logró aprovechar los cadáveres de un grupo de arácnidos para agarrar cosas.


Está claro que una de las fobias más comunes en todo el mundo, es la aracnofobia. Y es que a muchos se les eriza la piel al momento de pensar en una peluda araña de 8 patas, sobretodo si es venenosa. Pero ahora, llegaron noticias aún más escalofriantes con respecto a estos pequeños animales.

Resulta que un equipo de ingenieros mecánicos de la Universidad de Rice; descubrieron como convertir el cadáver de un grupo de arañas muertas en robots. Estos verdaderos zombis tecnológicos son el primer avance dentro del campo de la «necrobótica».

Arañas zombie robot

Las mentes detrás del peculiar experimento decidieron trabajar con el cuerpo de arañas muertas. Todo, para realizar avances dentro de la robótica con materiales suaves. Recordemos que si bien estos arácnidos son bastante duros por fuera; no son así por dentro.

Para muchos es un hecho que cuando las arañas se mueren se «hacen bolita». Esto se debe a que estos arácnidos dependen de un sistema de presión hidráulico para poder moverse.

«Cuando se mueren, pierden la habilidad de poner presión en sus cuerpos. Por eso ‘se hacen bolita‘», aseguró Faye Yap, principal autor del estudio para The ByteY aparentemente, estos cadáveres tienen «la arquitectura» perfecta para transformarse en pequeñas «manos robóticas».

Para efectuar el proceso, los expertos enterraron una aguja en las cámaras hidráulicas del cuerpo de una araña lobo. Luego sellaron el cadáver con pegamento, y usaron la misma aguja para ingresar aire al cuerpo; ganando control sobre sus patas.

Al parecer, lo único que se necesita para controlar el cuerpo de una araña es una aguja y aire. Los ingenieros fueron capaces de crear «necrobots» con la fuerza suficiente para levantar 130 veces su propio pesa. Además, el experimento mostró ser bastante resistente; aguantando hasta 1000 ciclos de uso. 

«Fue bastante divertido trabajar en este proyecto, ya que aprovechamos materiales que no muchos se atreverían a usar«, agregó Daniel Preston, coautor del experimento.


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