Sin duda nuestros celulares son parte del día a día. Nos ayudan a comunicarnos con los que más queremos, saber de los demás por redes sociales, informarnos, e incluso jugar.
Pero la cosa es que también pueden esconder varios y profundos secretos. Y fue recientemente que un hombre intentó proteger los secretos de su móvil a toda costa. La cosa es que el cabro se la jugó con unas luquitas para mantener su súper secreto con el técnico y que su señora no revisara lo que había realmente dentro del móvil.
La historia que se viralizó rápidamente partió de forma muy inocente, con una tierna esposa que quería mandar a arreglar el celular de su marido. Sin embargo, no contaba con un tremendo secreto dentro del dispositivo que se viralizó en redes sociales.
Fue el mismo técnico, Mani Warda, quien compartió la historia por medio de su cuenta de Tiktok, ya que encontró algo fuera de lo común en ese teléfono. No solo había un mensaje importante dirigido a él, sino también un billete de 100 dólares, ambos escondidos por el hombre que necesitaba arreglar su celular. Sin embargo tenía la intención de que el técnico no hiciera completamente su pega.
«Por favor, dígale a mi esposa que el teléfono no se puede reparar, quiere revisar el historial de llamadas. 100 son tuyos, gracias». La cosa es que el técnico estaba en un dilema y no sabía que hacer. Es por esto que preguntó por medio de la red social cómo debería proceder: contarle a la mujer del sujeto sobre el celular o quedarse con la platita.
¿Qué harían nuestros auditores y lectores de Radioactiva? Preguntas que no nos dejan dormir por las noches.
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El «plot twist»
Finalmente, según detalló El Universal, el técnico Mani Warda decidió ser el más honesto de todos y le contó a la señora del hombre sobre el sucio trato que quiso hacer con el técnico para mantener su secreto. La mujer incluso llegó un día antes de lo acordado para recoger el aparato.
Pero la cosa dio un nuevo giro cuando la mujer se ofreció el doble que pagó su esposo para que reparara el teléfono y enterarse del secreto de su marido. Ahí Warda aceptó, aunque el esposo se enteró igual y volvió enojadísimo por su celular.
