07 Mar, 2022. 14:59 hrs

José Luis Rodríguez recordó su popular frase en la Quinta Vergara: «Esa frase salió sola, yo no la inventé»

"Hay que escuchar la voz del pueblo", fue la frase que muchos recuerdan y replican en distintos contextos después del Festival de Viña 1988.


José Luis Rodríguez
Instagram de JL Rodríguez

José Luis Rodríguez fue el primer gran invitado de la nueva temporada del programa «De tú a tú». El estelar de conversación conducido por Martín Cárcamo regresó a las pantallas de Canal 13 y esta vez con «El Puma».

«Esta es una temporada que avanza en el concepto de adentrarse aún más en la intimidad de la figura a la que entrevistamos, al mismo tiempo que mantiene el corazón del proyecto, que es tener una conversación profunda y, al mismo tiempo, entretenida», comentó el animador de Canal 13 en una entrevista reciente previa al gran estreno.

En esta ocasión, el experimentado cantante de 79 años habló de la posibilidad de volver a la Quinta Vergara, presentó a su esposa, las torturas a su madre y el fallecimiento de su padre. También recordó su recordada intervención en el Festival de Viña del Mar 1988, cuando lanzó su popular frase «hay que escuchar la voz del pueblo». 

La historia detrás

«Fue un punto de inflexión muy fuerte en mi carrera. Yo sentía que algo me detenía en el escenario. Yo quería irme porque estaba nervioso con lo de la alcaldesa, Antonio (Vodanovic) que estaba molesto y lo veía cómo se daba vueltas y se movía», inició El Puma en conversación con Martín Cárcamo.

Además, el artista aseguró que fue con intención todo aquel momento y solo fue un sentimiento que fluyó. Recordó que sintió que algo o alguien le dijo «quédate ahí, no te muevas». 

El Puma
Instagram @canal13cl

«¿Tú crees que yo pensé esa frase? Esa frase salió sola, yo no la inventé, yo no la pensé. Fluyó dentro de mí, salió y punto. Era un momento de una dictadura de Chile muy fuerte y realmente fue muy importante para Chile», agregó José Luis Rodríguez.

Finalmente, el cantante reflexionó que esa popular frase funcionó como un efecto de «refrigerio». Es decir, un alivio porque por fin alguien estaba diciendo algo en ese momento.


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