¡La Quinta Vergara explotó! Así vivimos el impactante Faith No More en el Festival de Viña del Mar
Nota del recuerdo sobre el arrollador Faith No More en el Festival de Viña del Mar 1991. Día de los 90s en Radio Activa.
Faith No More hizo vibrar al Festival de Viña del Mar 1991. La Quinta Vergara vivió una jornada intensa y ruidosa. El público respondió con una fiesta sin freno y sin respiro.
La banda californiana demostró por qué encabeza titulares en todo el mundo. El escenario ardió con riffs filosos y bases demoledoras. La voz de Mike Patton se adueñó del anfiteatro con absoluta soltura.
El debut de Faith No More en el Festival de Viña del Mar se completó con dos noches históricas. Ayer miércoles compartieron cartel con Chayanne y Álvaro Torres. Hoy jueves cerraron con una presentación aún más incendiaria.
Una segunda noche provocadora que encendió a Viña
En esta instancia, Patton desató su faceta más atrevida desde el minuto uno. El animador Antonio Vodanovic quedó sorprendido por gestos irreverentes. El público respondió con gritos, risas, aplausos y silbidos cruzados.
La performance mezcló teatralidad, humor negro y potencia rockera. La banda mantuvo un pulso furioso y muy preciso. Cada corte subió la temperatura y elevó la tensión del show.
Además, el vocalista protagonizó un inesperado momento tras dedicarle «Edge of the World» a Myriam Hernández. El gesto tomó por sorpresa a la galería y a platea. Esto le agregó el condimento romántico a la noche.
Dos jornadas, un mismo veredicto: energía, polémica y rock total
Faith No More en el Festival de Viña del Mar dejó una huella inmediata. La crítica muestra posiciones divididas. La audiencia, en cambio, celebró el riesgo y la entrega del grupo.
En la primera noche se exhibió una banda concentrada y filosa. El repertorio combinó dinamita rítmica y ganchos melódicos memorables. De este modo, los presentes corearon y disfrutaron al máximo.
Luego, la segunda presentación cruzó fronteras entre concierto y actuación. Hubo improvisación, comedia física y desparpajo controlado. La química del grupo sostuvo cada extremo con técnica impecable.
De este modo, la Quinta Vergara presenció un espectáculo distinto y desafiante. Nada quedó a mitad de camino en estas dos veladas. El eco todavía vibra en calles, radios y conversaciones.
Además, Faith No More en el Festival de Viña del Mar reescribió reglas del escenario local. El público chileno adoptó su intensidad sin pedir permiso. La banda respondió con una sacudida que se siente hoy mismo.
Viña 1991 ya tiene postal propia y muy ruidosa. La memoria quedará cargada de riffs, risas y polémica. Y el rock, como anoche, seguirá sonando a todo volumen.
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